Puede resultar paradójico, irónico y hasta inconcebible desde lo político, pero Ricardo Bussi tal vez debió sonreír y hasta aplaudir por lo bajo el tenor del discurso de Cristina Fernández. Y no solo él debió haber sentido los efectos de los dichos de la ex presidenta, ya que sus definiciones también sacudieron a otros jugadores y espacios políticos tucumanos, como ya veremos. Es que el candidato a gobernador de Javier Milei en Tucumán -tal como se presenta Bussi en la campaña electoral- puede usufructuar el ataque de la vicepresidenta contra el libertario y, a partir de allí, tratar de arrimar algunos votos antikirchneristas a su postulación. Porque la ex jefa de Estado no hizo más que levantar las acciones de Milei al elegirlo como el adversario más peligroso a enfrentar por parte del Frente de Todos, en busca de una polarización que saque del cuadro de discusión a Juntos por el Cambio.
No hay nada de ingenuidad en la maniobra de ninguneo electoral al macrismo, está calculada, sin embargo, que tenga éxito dependerá más de las acciones que despliegue el propio Milei que de la efectividad de la estrategia de Cristina. El líder de La Libertad Avanza demostró que entendió rápido el juego al que lo invitaron y salió a replicar los cuestionamientos de la vicepresidenta para desplazar momentáneamente del escenario mediático nacional a los muchachos capitalinos del PRO. Le convino a todas luces que Cristina imprevista y sorpresivamente lo eligiera como el enemigo y hasta que lo haya destratado porque recibió toda la atención de los medios y de la política. Fue el hecho político que generó la ex jefa de Estado en la semana política que pasó.
La pueden idolatrar unos, la pueden odiar otros, pero lo que diga o haga la vicepresidenta no pasa inadvertido, la elogian de un lado y la destruyen del otro. Y, en uno u otro lado, MiIei fue parte inevitable de los comentarios y de los análisis. El libertario ni tuvo que esforzarse para ganar minutos en las pantallas o en invertir recursos para instalarse; obtuvo propaganda y espacios gratis en todos los medios y, más que nada, en las redes sociales. Cristina lo hizo.
Seguramente lo pretendía. Hasta sorprendió a sus socios de ruta y militantes cuando comenzó a arremeter contra el “Cavallo con pelos”, los que después entendieron la intención de la vicepresidenta cuando decidió subir al ring a Milei. Posiblemente en un segundo plano la idea de la compañera de fórmula de Alberto Fernández es que el Frente de Todos -pese a su deshilachada gestión nacional- aparezca como una opción ideológica no desechable frente a las propuestas liberales de Milei. No un cara a cara con Juntos por el Cambio, sino con el oficialismo.
Era natural que el macrismo sintiera el golpe y que reaccionara a la pretensión de la vicepresidenta ya que se convirtió en fuerza política a la sombra de la existencia de Cristina; la propia Patricia Bullrich señaló que Cristina usó a Milei para perjudicar a Juntos por el Cambio. Una obviedad decirlo y exponerlo como una verdad revelada. Pero el macrismo reaccionó al discurso de la ex presidenta con una foto de supuesta unidad, pero acotada a la presencia de la dirigencia del PRO, no ampliada a todas las corrientes internas de Juntos por el Cambio. Muy corporativos los amarillos; en la imagen no aparecen los socios radicales de Juntos por el Cambio, una manera visual de los macristas de seguir ninguneando a la dirigencia de la UCR. O sea, mostraron que la alternativa de derecha a Milei son los referentes del PRO, no otros más cercanos a la socialdemocracia.
De alguna manera se podría decir que reaccionaron con temor a los efectos del discurso de la conductora del kirchnerismo, porque ellos fueron y quieren seguir siendo la contracara de los “K”, no pueden permitir que en ese lugar extremista de la grieta se instale y la disfrute Milei; que los desplace de ese lugar cómodo en el que crecieron y se fortalecieron hasta llegar a la presidencia del país. Con sus temores pusieron en evidencia que la vice tiene capacidad de dañarlos, porque resulta que la enemiga que supieron elegir se convirtió en la mejor socia del libertario para desplazarlos como una opción de derecha y liberal. Sumar a Espert al PRO va por esa línea de competir y de retener votos que se lleva Milei.
Tienen motivos para inquietarse, porque en el negocio de la grieta que fogonean corren riesgos de que la polarización ya no sea con ellos sino con La Libertad Avanza. No pueden permitirlo.
Por esto mismo Bussi tiene razones para celebrar ya que, desde el jueves, puede soñar que este posible escenario nacional se replique en Tucumán, en el que crezcan sus acciones a instancias del crecimiento de Milei, y en desmedro de Juntos por el Cambio local. De hecho, el presidente de Fuerza Republicana trae a la provincia al libertario el 8 de mayo para reforzar su candidatura a gobernador. De cualquier forma, Bussi tendrá que trabajar intensamente a partir de que Cristina convirtiera en la contracara del Gobierno a Milei, para instalar con fuerza la idea de que el bussismo es la opción real al oficialismo en Tucumán, no la dupla Roberto Sánchez-Germán Alfaro. La presencia del libertario en la provincia sirve a ese propósito, ahora potenciado por la propia vicepresidenta para meter una cuña en la oposición. Ni Milei ni Bussi pueden desaprovechar tamaña oportunidad electoral que les ofrece en bandeja el principal referente del Frente de Todos.
Aunque, cuidado, un efecto colateral del mensaje de la vicepresidenta es tratar de que los opositores se peleen entre ellos mientras el oficialismo se dedica a gestionar como sea y en buscar un candidato que unifique en la acción a todos los integrantes del Frente de Todos.
Ahora bien, así como se preocuparon en el PRO por mostrarse unidos a partir de los dichos de la vicepresidenta -¿temiendo que sea efectivo el propósito de Cristina?-; vale preguntar si en Tucumán, JxC tiene razones para inquietarse de la misma forma por el posible crecimiento del bussismo. En la coalición opositora saben que Bussi siempre pesca votos en la misma pecera, saben que es un serio obstáculo para centralizar el voto opositor y poder desplazar al Frente de Todos por Tucumán del Gobierno. Si Fuerza Republicana no existiera se potenciarían sus posibilidades de victoria, pero FR está en carrera y ahora subiéndose al tren del libertario. Cuanto más crezca Milei en el plano nacional más adhesiones podría captar el bussismo y, con eso, afectar más las chances provinciales de la alianza opositora.
Por ahora, el referente de La Libertad Avanza no representa un peligro serio para Juntos por el Cambio en Tucumán; menos que menos si los comicios se hacen el 14 de mayo, dentro de tan solo dos semanas. Porque bien se podría hacer la siguiente especulación: que la Corte Suprema de Justicia de la Nación le dé la razón al planteo del intendente capitalino y decida suspender la elección provincial. Eso implicaría un corrimiento de la fecha de votación, tal vez hacia agosto, el mes de las primarias abiertas. En esa época Milei sí podría representar serio un peligro a nivel local porque, de alguna manera, vendrían a nacionalizarse los comicios tucumanos. Y si Milei tiene éxito, sigue creciendo como opción de poder y llega a polarizar con el Frente de Todos -como la alternativa de la derecha-, tal como quiere Cristina por conveniencia política, entonces Sánchez y Alfaro podrían preocuparse un poco más. Sería irónico, pero la política es tan dinámica y cambiante que lo que hoy puede ser conveniente, mañana puede ser contraproducente.
En esa línea, los que tienen motivos para celebrar son los oficialistas tucumanos, porque se dividiría la oferta opositora y crecerían sus chances de imponerse en la votación del 14 de mayo, o de cualquier otra fecha. Sin embargo, el discurso de Cristina no sólo repercutió en la oposición, en los libertarios, en el bussismo, en los macristas y los radicales, sino que también sacudió al propio Frente de Todos, en el plano nacional y en Tucumán, y especialmente a Manzur. El gobernador también puede preocuparse por los dichos de la vicepresidenta, de la que alguna vez le dijo que ya fue. Después del jueves y más que nunca el médico sanitarista necesita que la elección se haga el 14 de mayo, sí o sí, y que el Gobierno se imponga con números que fortalezcan al PJ tucumano y, por ende, potencien su figura en el escenario nacional.
Es porque el elogio de Cristina a Massa debe entenderse como una bendición anticipada a la candidatura presidencial del ministro de Economía. Entonces, a ese lugar ya no podría aspirar Manzur, sólo le quedaría disponible la vicepresidencia, y para ese cargo ya hay muchos postulantes, en especial del kirchnerismo. El gobernador puede jugar en esa cancha si es que junto con Osvaldo Jaldo gana por una diferencia de diez o más puntos sobre Juntos por el Cambio. Entonces, a partir del 14 de mayo, si no hay tropiezos judiciales, a Manzur le quedarían 40 días para pelear por un lugar en la fórmula presidencial, porque el 14 de junio vence el plazo para registrar las alianzas y 10 días después deben inscribirse las candidaturas.